Utilizo este blog para contemplar mi propia evolución. Es decir, que se puede apreciar claramente cómo he ido moldeando y actualizando mi pensamiento. Mi personalidad.
Hasta mi ortografía y mi forma de describir mi realidad!
No tengáis reparos en comentar o discrepar, porque no pretendo poseer la verdad. De hecho son pocas las realidades que creo que deban consolidarse en nuestra "estructura de comprensión del mundo"... Así que os animo a debatir, y a que os extendáis sin pereza en el argumento.
¡Bienvenid@s!
domingo, 20 de mayo de 2018
Cristales de tiempo
La idea de los cristales de tiempo fue propuesta por primera vez en 2012 por el premio nobel y profesor del MIT Frank Wilczek.
A continuación os dejo una recopilación de información muy interesante al respecto de lo que supone este hallazgo, junto con la última noticia del mes pasado. Cuando se descubrió que los cristales de tiempo, estaban ya presentes en nuestra vida cotidiana.
Wilczek propuso
la existencia de los cristales de tiempo en 2012, cuando se preguntaba
si ciertas características que cambian con el tiempo, en lugar de con el
espacio, podrían dar lugar a nuevas fases de la materia. Wilczek dice
que “los nuevos descubrimientos son ciertamente un descendiente
reconocible de su visión original y han conservado el nombre”.
Las
leyes físicas están cargadas de simetrías: instancias en las que una
acción produce la misma reacción en un entorno diferente. Si golpeas una
pared sólida con la misma fuerza, dolerá lo mismo sin importar qué
parte de la pared golpees o qué hora del día sea —esas son simetrías
espaciales y de traducción temporal. Algunas simetrías pueden romperse.
Los cristales, sólidos donde las partículas se disponen formando una red
tridimensional, rompen la llamada simetría traslacional espacial, ya
que las moléculas prefieren un lugar específico en el espacio. Si
golpearas una valla en lugar de una pared sólida, podrías romper la
simetría traslacional espacial, ya que golpear la valla es distinto que
golpear el espacio entre las tablas.
La idea de Wilczek era simple:
¿Pueden las moléculas romper la
simetría traslacional del tiempo?
¿Pueden ciertos sólidos cristalizar en
el tiempo, prefiriendo diferentes estados a diferentes intervalos de
tiempo?
Esa pregunta se convirtió en: ¿Tienen ciertos comportamientos
periódicos de una colección de átomos un tempo preferido?
Esto es como
las cigarras que vuelven cada 17 años, que podrían volver cada año, pero
en su lugar rompen una simetría de traslación de tiempo ya que se
agrupan en el año 17 en lugar de aparecer uniformemente.
Los físicos Haruki Watanabe y Masaki Oshikawa de la Universidad de Tokio se dieron cuenta en 2014 de que no,
probablemente no hay cristales de tiempo, al menos no de la manera en
que Wilczek los definió. Dos años más tarde, físicos como Shivaji Sondhi
en Princeton y Chetan Nayak, de la Universidad de California en Santa
Bárbara, demostraron que los cristales de tiempo podrían existir si cambiásemos un poco las reglas,
dándoles a los átomos un empujón periódico por ejemplo. El físico
Norman Yao de la Universidad de California en Berkeley redactó una
especie de plan para determinar qué medir como justificación de haber
creado un cristal de tiempo. Los descubrimientos salieron en
prepublicación hace unas semanas, pero ahora los descubrimientos han
sido examinados a través del proceso de revisión por pares.
“Lo sorprendente del cristal de tiempo es que es estable”, dijo Yao a Gizmodo.
El cristal de tiempo debe preferir una determinada frecuencia
vibratoria, diferente de la frecuencia del empuje periódico. Con algunos
impulsos, la frecuencia vibratoria preferida no cambia.
Eso es lo que cada grupo está reportando hoy en la revista Nature.
Las partículas tienen una propiedad mecánica cuántica innata llamada
“espín” relacionada con el magnetismo, que en el caso de estos
cristales, tiene dos valores diferentes. Todos los valores se alinean, y
cambian de estado en el momento preferido del cristal. Entender a fondo
el espín no es tan importante para entender los cristales del tiempo. A
nivel muy básico, piensa en cada partícula como un espectador en un
evento deportivo que sostiene un letrero. Si todos sostienen el letrero
del lado A, los letreros colectivos dicen una frase, y si todos
sostienen el letrero del lado B, dicen una frase diferente. De lo
contrario, es un lío confuso.
Un grupo de la Universidad de Maryland alineó diez iones de iterbio atrapados
(el iterbio es un elemento químico) y les disparó pulsos láser
periódicos para cambiar en parte, pero no completamente, el espín de los
iones. No importó: valores de espín de las partículas cambiaron por
completo. Continuaron cambiando y alineándose a la mitad de la velocidad
del pulso láser. Si el equipo alteraba un poco el pulso, los diez iones
mantenían el mismo ciclo, aunque la intuición dice que el movimiento
periódico del cristal de tiempo debería desmoronarse. En cambio,
preferían marchar al ritmo de su propio compás.
La configuración del grupo de Harvard era un poco diferente.
Cargaron la red de carbono de un diamante con impurezas en forma de
átomos de nitrógeno; tantas impurezas que el diamante se volvió negro.
Su cristal también requería una fuerza de pulsación, en este caso un
campo de microondas, y también observaron al espín de las impurezas
cambiar una y otra vez, alinéandose con su propia frecuencia más baja y
periodo más largo. Esto hizo que el diamante brillara, como en la imagen
de abajo. Su sistema era tan complejo que la teoría no explica
completamente su comportamiento, dijo Soonwon Choi.
“Ambos sistemas son realmente geniales. Son muy diferentes”, dijo
Yao. “Creo que son extremadamente complementarios. No creo que uno sea
mejor que el otro. Miran dos regímenes diferentes de la física. Que
podamos ver esta fenomenología similar en sistemas muy diferentes es
realmente increíble”.
El cristal podría preferir propio tempo para
cambiar de espín, pero el efecto ciertamente no durará para siempre.
Los cristales de tiempo no pueden existir sin el pulso repetitivo de
energía que persuade a los átomos para que se organicen en el tiempo.
“No es una máquina de movimiento perpetuo”, dijo Jiehang Zhang de la
Universidad de Maryland a Gizmodo. “¡Lo conducimos nosotros!”.
Si
todavía estás un poco confundido, Yao tiene una gran explicación: si
estás saltando a la comba, esperas una rotación cada vez que la mano de
la persona que sostiene la cuerda gira. Estos cristales de tiempo saben
que la cuerda hace un círculo completo, o el espín cambia de ciclo, cada
dos giros de mano.
Nayak estuvo de acuerdo en que ambos grupos
presentaron evidencias de los cristales que él y otros teorizaron, pero
aún necesitamos saber cuán estables son estos cristales. “Sus resultados
combinados apuntan a la necesidad de experimentos que demuestren
verdaderamente que las oscilaciones permanecen en fase durante largos
tiempos”, escribió en un artículo de Nature News & Views, “y no son eliminados por las inevitables fluctuaciones”.
Ahora
que sabes lo que es un cristal de tiempo, estarás pensando “¿y qué hay
de emocionante en eso?” (“El otro día en un juego vi un cristal de
tiempo como arma”, dijo Landig). Soonwon inmediatamente planteó
aplicaciones potenciales en computación cuántica para un futuro lejano,
controlando muchos bits cuánticos al mismo tiempo. Pero su importancia
es más fundamental. Normalmente los estados de la materia solo existen
cambiando la forma en que las partículas se organizan en el espacio. Los
cristales de tiempo abren todo un mundo de posibles nuevos estados de
la materia mediante la adición de estos pulsos láser o de microondas.
Estados que solo existen cuando se le está haciendo algo al sólido, como
una versión de la física cuántica de cómo el almidón de maíz mezclado
con agua solo se siente sólido cuando lo aplastas.
“Demuestra que
la riqueza de los estados de la materia es incluso más amplia [de lo que
pensábamos]”, dijo Yao. “Uno de los santos griales de la física es
entender qué tipos de materia pueden existir en la naturaleza”. Tenemos
muchos materiales extraños como superconductores y superfluidos, pero
las “fases de no equilibrio” como los cristales de tiempo “representan
un camino diferente a todas las cosas hemos estudiado en el pasado”.
LAS ULTIMAS NOTICIAS SOBRE LOS CRISTALES DE TIEMPO...
Que los físicos consigan crear un cristal de tiempo
en las más controladas condiciones de laboratorio es una cosa. Pero que
los encuentren en un material común, como los cristales de fosfato de
monoamonio, que se utilizan incluso en algunos kits de química destinados a los niños, es otra muy diferente.
Los
cristales convencionales, como la sal, el cuarzo, los copos de nieve o
los diamantes, tienen sus átomos ordenados en patrones muy estables y
que se repiten una y otra vez en las tres dimensiones espaciales. En los
cristales de tiempo, sin embargo, los átomos también se mueven siguiendo un patrón que se repite, aunque lo hace en el tiempo, y no en el espacio.
Seguir
un patrón temporal (en vez de espacial) implica que los átomos de un
cristal de tiempo nunca se acomodan en su estado fundamental, cosa que
sí hacen los átomos de los cristales convencionales. Por lo general,
cuando un material está en su estado fundamental (estado de mínima
energía, también conocido como energía de punto cero de un sistema) su
movimiento es imposible, porque eso requeriría un gasto de energía de la
que ese sistema ya no dispone.
Por eso,
los cristales «normales» permanecen inmóviles, ya que están en
equilibrio y en su estado fundamental. Pero los cristales de tiempo
tienen, repetimos, una estructura que no se repite en el espacio, sino
en el tiempo, y por lo tanto siguen oscilando incluso en su estado
fundamental. Es decir, nunca alcanzan el equilibrio y, literalmente, no pueden permanecer quietos.
Lo más perturbador es que esa oscilación cíclica y repetida tiene lugar
una y otra vez sin necesidad de utilizar energía alguna. Ante este
panorama, los físicos se sienten como exploradores que entraran por
primera vez en un continente totalmente desconocido.
Con
su hallazgo, los investigadores han demostrado que estamos aún muy
lejos de saber cómo se forman los cristales de tiempo. De lo que no cabe
duda es que tras ellos se oculta toda una nueva física que apenas estamos empezando a comprender.
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